viernes, 10 de abril de 2009

El dilema del erizo

Esta es la historia de Epi, el erizo.
Epi pasó su infancia junto a sus padres y lo único que recuerda de esos días es que vivía sin complicaciones. Si alguna vez a Epi le hubiesen preguntado por la felicidad, seguramente el pequeño erizo hubiera recordado esos días.

Pero esos días no duran para siempre. Y las complicaciones aparecen. Los padres del joven erizo desaparecieron, pues la vida del erizo es corta y Epi tuvo que afrontar sólo su madurez. Pronto se percató de que al igual que todo ser vivo no era auto suficiente. Aunque sólo fuese para alimentarse necesitaba de otros. Pero lo que realmente le frustraba a Epi era pasar sólo los días. Nunca había conocido la soledad. Y aunque no era capaz de definirla le provocaba dolor. Mucho dolor.

Epi decidió conocer a otros animales. El erizo buscaba alguien que se preocupara por él y que le diera cariño. Alguien que le comprendiera. O quizá simplemente buscaba alguien con quien compartir sus días. Porque lo que a Epi le aterraba de verdad era la soledad. Lo que el pequeño erizo no sabía es que le quedaba mucho por conocer de la vida. Y quizá existía algo peor que la soledad.

Epi conoció a la tortuga Blas y al conejo Coco. Y aquí fue cuando comenzaron las complicaciones. Epi quería acercarse a ellos. Mostrarles cariño y afecto para recibir lo mismo. Pero Epi tenía un problema irremediable. Cuanto más se acercaba a ellos más daño les hacía. Pues los erizos tienen púas alrededor de su cuerpo y al acercarse a sus nuevos amigos no conseguía más que dañarles. Poco a poco Epi fue volviéndose más retraído y tímido. Se mantenía distante y sólo escuchaba.

Epi finalmente decidió volver a su casa. El acercarse a sus amigos tan sólo provocaba que éstos fueran dañados tarde o temprano. El alejarse y mostrarse más reservado le provocó un vacío interno y no hacía más que deprimirle y sus amigos empezaron a mostrarse también más distantes con él. A Epi no le gustaba la soledad. Le tenía fobia. Pero ya no dolía tanto. Epi comprendió que lastimar a sus seres queridos era mucho más doloroso que dañarse a sí mismo.

P.D.: Y el que no haya visto Evangelion no se que ha hecho con su vida xD
P.D.2.: Y el que no haya leído a Schopenhauer se lo recomiendo.

3 comentarios:

Unknown dijo...

XDDDDDD he muerto con las postdatas XD Y el erizo no se llamaba Pangy? q raro...

Link Powa dijo...

Pues a mi me gustaban Epi y Blas. Sobre todo Coco cuando se convertía en Super Coco. Maestro del humor XD. El que no me gustaba era Espinete. T_T

Unknown dijo...

A mi me encantaba el monstruo de las galletas...me he sentido siempre muuuy identificada XDDDDDDDDDD